Negación a unas vacaciones prematuras

El 1-1 de la ida otorga ventaja a los vitorianos · Un gol clasifica a los melillenses · Tomé, obligado a reestructurar el once por las sanciones · Jugará Rico · Enguix y Dibi entre algodones · Mendizorroza presentará la mejor estampa del curso.

Tras los noventa minutos que abrieron el playoff, Mendizorroza albergará otra hora y media, prorrogable a dos partes de quince minutos en forma de tiempo extra, de fútbol que determinará qué equipo conserva intactas sus opciones de ascenso y cuál ve su sueño hecho añicos cual porcelana destrozada tras conocer el límite del vacío.

Miguel Ángel Álvarez Tomé sabe que el empate cosechado en el Álvarez Claro otorga ventaja inicial a los suyos, a quienes ha instado por activa y pasiva que especular con el empate sin goles está prohibido. Por ello advierte de dejar en el vestuario la mentalidad especuladora y salir al césped con la misma idea que en la primera parte del partido del pasado sábado.

Las ausencias fruto de expulsiones, exigen al técnico leonés un par de retoques en un dibujo cuyo fondo no va a verse alterado. El trío que integraron Pardo, Indiano y Josete en Melilla sufrirá una variación fruto de la entrada de Salcedo en la demarcación del ilicitano, por lo que Rico será alineado en el flanco zurdo. Además, la ausencia de Alaña deja una única variante posible, que es la reaparición de un Igor Cuesta carente de plenitud física.

En frente estará un equipo que tras la igualada que concedió en su fuerte, tiene la imperiosa necesidad de perforar las mallas de Dituro para que el viaje de vuelta al norte de África no sea con el amargo sabor de la derrota como compañero adlátere. García Tébar ha continuado incidiendo en una táctica de desgaste, empleada por todo su equipo, basada en la justificación del empate en su feudo a costa de minimizar los méritos albiazules con una guerra que en Vitoria no se ha llegado a tomar en serio.

Para voltear la situación, el preparador manchego tiene depositadas sus esperanzas en el retorno de Enguix y Dibi al grupo. Las ausencias en la ida del levantino y el galo redujeron el potencial de un equipo que tendrá que poner toda la carne en el asador para, por lo menos, firmar un tanto que les catapulte a la segunda ronda. Un aliciente añadido radica en la estadística que dicta que las dos visitas de los azulinos a la capital vasca se han saldado con un contundente 4-1 babazorro.

Las cartas están sobre la mesa. El empate sin goles sonríe a un Alavés que de ninguna forma especulará con el electrónico para no llevarse disgustos catastróficos. Su público lo sabe y Mendizorroza acogerá la mejor entrada en lo que va de curso para insuflar ese aliento que resulte definitivo para que el Melilla se quede como una mera anécdota en el camino.