23/6/2003 - 08:20 - Enviada por fidel
El "confesionario" de esta mañana ha marcado el final de una época en el Deportivo Alavés. Las bajas a Hermes Desio y Antonio Karmona supone el entierro definitivo del equipo aquel que eliminó al Real Madrid en Copa, que ascendió, que entró en Uefa hasta llegar a la final de esa competición, y que después fue languideciendo hasta retornar al descenso. Desio era la casta, Karmona las raíces. De aquellos jugadores, hombres con ganas de hacerse nombres que hicieron grande al Alavés y que se ganaron un hueco para siempre en el corazón de los aficionados albizules que hemos tenido la suerte de vivir esta época, de aquellos héroes menores que realizaron proezas mayores, solo queda Pablo. El gasteiztarra, como siempre, escucha ofertas, se hace querer, no da el "sí, quiero", si no el "ya veremos". Ha sido el cerebro del equipo, y quizás por eso no ha terminado de llegarnos al corazón, que nos pedía que siguiesen Karmona y Desio, aunque la cabeza apostaba por Pablo para liderar el renacimiento albiazul. Sea lo que sea a partir de ahora, el Alavés de los últimos seis años será ya para siempre el Alavés de Karmona y Desio. Así lo vivimos, y así se lo contaremos a nuestros hijos. Hasta siempre, campeones.