25/2/2001 - 16:07 - Enviada por fidel
La Liga es otra cosa... Uno puede venir de ganarle al Inter en San Siro, crecido hasta el punto de tener que cambiar los tabiques de casa para poder entar por las puertas, y te llega un Celta cualquiera y te neutraliza un 2-0 en quince minutos, pese a que has hecho ocasiones a puñados. Es la Primera División, la Mejor Liga del Mundo. La liga en la que el Alavés se ha hecho un hueco.
Vale, el comentario anterior es injusto. El rival de ayer no es "un Celta cualquiera". Es el Celta, en una de sus versiones, un equipo serio, respetable tanto como el Glorioso. Un clásico de Primera metido también en cuartos de la Uefa. Un buen equipo.
Un empate sabe a poco. Sumar de uno en uno es casi como no sumar. Y sabe a menos cuando se ha tenido el tema resuelto a valta de veinte minutos. Pero las facturas, tarde o temprano, se pagan, y ayer pagaron sus facturas, emitidas tres días antes, tanto Alavés como Celta. Y las pagaron de manera bien diferente: el Glorioso repitió equipo, con los mejores, y dominó el partido hasta que el cansancio se manifestó en una letal pérdida de la solidez defensiva en el último cuarto de hora; el Celta pagó también su osadía de dejar el banco a Mostovoi y a Gustavo López. Quiso Víctor hacer la de Mané el otro día ante Osasuna, pero no calculó bien: para cuando sacó todo su potencial, la cosa iba ya mal en el marcador. Como mal menor, consiguió arrancar un puntito.
Tanto Mané como Víctor cumplían ayer cien partidos en Primera con sus respectivos equipos. Interesante cifra para Mané. Este hombre ha conseguido hacerse un hueco en la élite a partir de un perfil bajo, elaborando un equipo con jugadores sin un historial muy sobrado, pero con garra, adaptación a un estilo de juego y fe en el grupo. Jugadores dotados del "cromosoma Mané". Esto en un equipo en el que el perfil bajo empieza arriba, en la presidencia, sigue con Mané y llega a los jugadores, traspasándose a la afición, un perfil bajo que significa poco ruido, pero que va dando muchas nueces.
Hay que felicitar a Mané por estos cien partidos. No he sido habitualmente un elogiador de Mané, sino más bien un crítico ante algunas de sus actuaciones. Pero creo que el trabajo que ha hecho el de Balmaseda merece una felicitación. No es fácil aguantar cien partidos en un equipo que sufre bajones de vez en cuando, y que es, en esta categoría, un equipo todavía menor. Mané ha conseguido primero meternos en Primera, llevarnos a una Semifinal de Copa, asentarnos en Primera y meternos en Europa, donde estamos a falta de cinco partidos para ser campeones de la UEFA. El listón está muy alto, pero hay que confiar en que veremos al Glorioso aún más arriba de lo que está.